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Antes de su aparición, uno de los cárteles que dominaba el territorio mexicano y más allá de sus fronteras era el Cártel del Pacífico o de Sinaloa (CDS), en ese momento comandado por Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, hoy preso de por vida en una cárcel de máxima seguridad de los Estados Unidos.
La feroz persecución en contra de “El Chapo”, aparentemente había diezmado el poder de su organización y a pesar de que en el país existen otros cárteles poderosos como el del Noroeste, el de Juárez, el del Golfo (CDG), el de Santa Rosa de Lima (CSRL) y la presencia de otros como Los Zetas, La Nueva Familia Michoacana y Los Templarios; el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación parece imparable.
Sin embargo, lo ocurrido el pasado 17 de octubre con el fallido operativo en la ciudad de Culiacán para detener a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo y la furiosa respuesta de los sicarios del Cártel de Sinaloa, puso en evidencia que la organización está lejos de desaparecer.
Es por eso que el Cártel de Sinaloa, ahora bajo el mando de Ismael “El Mayo” Zambada y de “Los Chapitos” (Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, así como Ovidio Guzmán López”) se ha aliado con gente del Cártel del Golfo, Los Zetas, entre otros, para financiar y respaldar al Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), liderado por José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro“, formando el bloque “Cárteles Unidos”, con la intención de frenar el avance de “El Mencho”. También han formado alianza con el mítico narcotraficante Rafael Caro Quintero con la misma intención.
No es la primera vez que varios cárteles mexicanos se unen para frenar al más fuerte. Y aunque el Cártel de Santa Rosa de Lima se dedica principalmente al robo de combustible (conocido como “huachicoleo”) y a la extorsión, su líder José Antonio Yépez mantiene una feroz lucha en contra del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en Guanajuato, lo que ha dejado cientos de personas ejecutadas en todo el territorio estatal.
Esto ha sido aprovechado por los de sinaloa para frenar a “El Mencho”, su acérrimo rival.
El pasado fin de semana, alrededor de 200 presuntos sicarios del Cártel de Sinaloa a bordo de varias camionetas, una de ellas modificada como tanqueta, llegaron al municipio de Allende, en Guanajuato, lo cual fue captado en un video que rápidamente se hizo viral en redes sociales.
De acuerdo con versiones extraoficiales, el arribo de los hombres de “El Mayo” y “Los Chapitos” sería para reforzar al cártel de “El Marro” y sacar de Guanajuato al sanguinario Cártel Jalisco, el cual tiene fuerte presencia en los municipios de León, Silao, Dolores, el pueblo del Rincón y el noroeste del estado.
En tanto, el Cártel de Santa Rosa de Lima domina los municipios de Salamanca, Celaya, San Luis de la Paz, Villagrán y la zona de los Apaseos. Mientras que en la zona sur de la entidad existen incursiones de células de los cárteles michoacanos, que tienen gran rivalidad con el Cártel Jalisco.
La cruenta guerra entre el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima
La lucha entre “El Marro” y “El Mencho” data del 2017, año en que surgió la organización liderada por José Antonio Yépez Ortiz, quien se ha convertido en uno de los criminales más buscados por las autoridades mexicanas.
Aunque “El Marro” lleva una década dedicado al robo de combustible, cobró notoriedad en octubre de 2017, tras enviar una fuerte advertencia al CJNG. Mediante un video, los maldijo y los conminó a mantenerse fuera de Guanajuato.
Desde entonces, la sangrienta guerra entre ambos grupos ha disparado la violencia en la entidad. En el 2006 se registraron 206 asesinatos, mientras que en el 2018 fueron 2.367.
Pero en el primer semestre de 2019, Guanajuato ocupó el primer lugar nacional en homicidios dolosos: se cometieron 1.383, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La muerte de la gente de uno y otro bando es cada vez más cruel y despiadada. Mediante redes sociales, los cárteles han difundido la tortura y asesinato de decenas de hombres y mujeres con la intención de generar temor entre sus rivales.
Pero la lucha por el control de Guanajuato no ha dejado solamente ríos de sangre y violencia, sino también ha provocado afectaciones en la economía estatal.
A mediados de septiembre, la concesionaria de automóviles “Ford Montes” cerró sus puertas, tras años de operación, luego de que fuera atacada a balazos por presuntos extorsionadores. La agencia era emblemática en la región.
El ataque ocurrió el pasado 19 de septiembre, cuando hombres armados llegaron al lugar y dispararon contra las instalaciones, ocasionando daños a los cristales de la fachada y a algunos vehículos que se encontraban en exhibición. No se reportaron personas lesionadas, pero el hecho provocó terror.
El cierre se sumó a una larga lista de comercios, restaurantes e incluso tortillerías afectadas por el crimen organizado, afectando a cientos de personas, quienes se han quedado sin sus fuentes de trabajo.
La ciudadanía ha quedado en medio de esta cruenta lucha a la que ahora se suman otros cárteles sin que las autoridades estatales y federales puedan impedir más derramamiento de sangre.
Con información de EFE y AP
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